Que país elegir a la hora de exportar productos
En el momento de decidir los países destino de la exportación de los productos de una empresa, es necesario realizar un estudio para recabar suficiente información y responder a determinadas cuestiones que se comentarán con posterioridad. Hablamos en este artículo de algunas cuestiones relativas a que país elegir a la hora de exportar productos.
Los elementos a sopesar para lanzarse a la internacionalización poseen todos la misma importancia, es decir, habrá que hacer una valoración global a la luz de todos los datos, en lugar de primar uno sobre otro.
Criterios que las empresas españolas deben tener en cuenta
– El tamaño de los mercados que en principio parecen interesantes. Es lógico pensar que en un mercado más grande habrá más posibilidades de vender más (aunque no es garantía de éxito si no se tienen en cuenta los demás factores). A esto hay que añadir que cuando una empresa decide instalarse en otro país para la exportación de sus productos tiene unos costes que afrontar; en un mercado grande, estos costes se amortizarían antes que en un mercado más pequeño.
– Se debe tener en cuenta para saber que país elegir a la hora de exportar productos si el mercado está en crecimiento o en declive. En este análisis interesa saber si las importaciones de productos similares en ese mercado están creciendo o no, en caso de que se puedan obtener estos datos. En cualquier caso, es importante saber si ese mercado, en general, está aumentando o disminuyendo tanto sus importaciones en general como su PIB.
– Se tendrá que estudiar la competencia existente en ese mercado. Tal vez sea más grande que otro pero la competencia puede que sea muy dura y es posible que haya que reconducir el objetivo.
– Habrá que someter a examen la red de logística y examinar las vías de comunicación existentes y su red de transportes, para saber si se adaptan a las necesidades de la empresa.
– Se tendrá que analizar la posibilidad de acceso al país en dos aspectos. Primero, el acceso legal, es decir, si su legislación es amigable o no para las empresas exportadoras. Segundo, el acceso geográfico: si su lejanía o las características orográficas que lo separan del país exportador dificultan o facilitan el acceso y los costes asociados al mismo.
– Al analizar los aspectos culturales de la exportación interesa saber si la forma de realizar las transacciones es parecida a la del país exportador o si habría que modificar algo importante, así como saber si el producto encaja bien en la cultura destino (podría ser necesario hacer alguna adaptación o incluso ser inviable la exportación por razones culturales).
– Por último para saber que país elegir a la hora de exportar productos, se debe tener en cuenta la posibilidad, tanto por parte de la empresa como por parte del país destino, de la continuidad en el tiempo. Es decir, la empresa debe tener una proyección de estabilidad hacia el futuro y el país destino, por su parte, también. No tendría mucho sentido asumir los costes de la internacionalización de la marca o producto para luego tener que interrumpir el proceso antes de haber amortizado esos costes.
Algunos de estos aspectos están directamente relacionados con el concepto de riesgo país, que mide los riesgos políticos y económicos de cada país. Es muy importante estudiar un mapa actualizado de riesgo país, ya que puede haber variaciones en las calificaciones de los países en muy poco tiempo y no se puede utilizar de ninguna manera información desfasada por poco tiempo que suponga, pues pone en peligro todo el trabajo desarrollado y el futuro de la exportación.
Resultará útil toda la información recabada, por un lado, para que llegue a buen puerto la internacionalización de la empresa, y por otro lado, para que queden informados todos los stakeholders, al menos los stakeholders primarios (accionistas, inversores, clientes, proveedores, etc.).
Por último, no estaría de más tener en cuenta los errores a evitar en la exportación.